¿Ha llegado el momento de vender tu casa? Pues vamos a repasar contigo las ventajas de contratar una inmobiliaria. Porque ¿sabes realmente todo lo que implica vender? Te lo contamos.
Empecemos por la tasación y el papeleo previo
Antes de vender deberías fijar un precio adecuado para tu inmueble. Ya sabes que eso supone evaluar su estado y el de la finca, si forma parte de un edificio.
Pero también conocer los precios de viviendas similares en su entorno, así como la proyección del barrio. Sin duda variables que podrían hacer que alguien se decantase o no por preferir tu casa.
Para todos estos pormenores necesitas un tasador, aunque no es imprescindible. Un agente inmobiliario está al tanto de los precios en las diferentes zonas.
Además, habla cada día con personas interesadas ¡algo fundamental! Porque de esta forma sabe qué servicios y características son los más buscados por los compradores.
Por otro lado, puede ponerte en contacto con profesionales de confianza que revisen tu vivienda. Por ejemplo, para emitir la certificación energética. Ya sabes que es algo imprescindible.
De cualquier otro modo, deberías buscar tú mismo a cada profesional por separado. Y si te surge alguna duda ¿a quién acudirías?
Paso a paso hacia la venta de tu vivienda
Para vender un piso, una vez que ya tengas un precio y el mencionado certificado, empezarás con el resto de pasos. En primer lugar publicitarlo. Por suerte tienes a tu alcance cientos de portales gratuitos para hacerlo.
Aunque ¿sabes cuál de esos portales tiene más visibilidad o te interesa más? Si lo tienes claro perfecto y si no siempre puedes publicitarlo en todos por si acaso. Solo te supondrá una inversión en tiempo.
La diferencia es que las inmobiliarias disponen de sus propias bases de datos. Y algunas tienen acuerdos con todas esas plataformas y otras internas.
De forma que, cuando hay un piso a la venta, ponen en marcha toda la maquinaria. También podrían disponer ya de posibles compradores entre sus clientes, lo que aceleraría el proceso de venta.
¿Lo mejor de todo esto? Es que a ti no te llamará nadie para preguntarte por tu piso. Será tu inmobiliaria de confianza la que atienda a todos los interesados y curiosos.
Y también podrían organizar las visitas cuando tú no estés en casa ¿qué te parece?
¡Lo quieren! ¿Una señal?
Si has encontrado ya a un posible o posibles compradores, estos podrían querer darte una señal. Lo que significa que deberías tener preparado algún tipo de contrato de arras legal que cubra a ambas partes.
Para estar segura deberías acudir a un abogado, pero un gestor inmobiliario podría encargarse perfectamente. Porque lo normal es que salga todo bien, pero hay ocasiones en las que los compradores se echan atrás o surgen problemas.
Por ejemplo, podrían pedirte justificantes de pago para saber si está todo en regla. Incluso solicitar un certificado para asegurarse de que la vivienda está libre de cargas.
Si tienes una hipoteca pendiente deberías informarles con antelación. Además de expresar por escrito tu obligación de cancelarla con la venta o cualquier otro acuerdo al que lleguéis.
Y no te olvides de poner una fecha límite. Si las escrituras no se firman en el periodo máximo pactado, el comprador pierde la señal. Para eso debes haber hablado con un notario y conocer fechas disponibles.
Un apoyo ante imprevistos
Si lo piensas bien puedes creer que al final es cuestión de tiempo y comodidad. Visitar tú a los diferentes profesionales, escoger con quiénes vas a trabajar, poner anuncios. Y después llamadas y visitas.
Pero eso solo es así cuando las cosas salen bien. Un papel que se retrasa, un profesional que olvida algún detalle o una cláusula ambigua pueden perjudicarte. Y dado el caso ¿qué haces?
No estamos hablando de un bien que puedas comprar en cualquier momento. Se trata de una vivienda, cuyo valor es una vida de trabajo para la mayoría de las personas. Por eso es mejor que lo tengas todo bien atado.
Aquí es cuando un agente inmobiliario se hace más necesario. Porque ellos conocen perfectamente los pormenores de su trabajo. Tanto a nivel legal como financiero.
Por eso, además de encargarse de toda la parte incómoda, estará a tu lado. Velará por tus intereses y te ayudará con todos los pasos. Asimismo, será una forma de centralizar todas las acciones en un único interlocutor.
Tu inmobiliaria de confianza está para ayudarte y así tú te despreocupas.
Conclusión
A la hora de vender un piso no solo intervienen compradores con vendedores. Hay otros profesionales involucrados en el proceso y contar con una inmobiliaria te ahorrará muchos pasos previos.
En Redoriol nos encargaremos poner a tu disposición a los mejores profesionales. Te facilitaremos todo el papeleo legal y te acompañaremos en todo el proceso. Déjate asesorar por los mejores y vende tranquilamente.